Una botella jodida
En
medio de las tierras castellanas, hay un pueblecito pequeño. Vapuleado
por los vientos y las lluvias de otoño y las nieves de invierno. Sus
casas siempre blancas en verano ahora parecen copos
de nieve. En la plaza, enfrente de la Iglesia, se alza una casona
grande; con el tejado muy trabajado, que de vez en cuando hospeda
goteras.
Sus
dueños, una familia de Madrid que llega todos los viernes y fiestas de
guardar, la animan y la dan vida por unas horas los fines de semana.
Hoy es
treinta y uno de octubre y se están preparando para la fiesta de Halloween. La casa esta abarrotada de gente, la familia
además de venir con sus tres hijos ha venido con
primos y sobrinos para celebrar la gran noche, en honor de la prima Ana
que ha llegado de Miami con Tom, su marido.
Las
primas están preparando un gran pavo, que no les cabe en el horno y lo
tienen que trocear. Los primos están preparando la mesa, en el gran
salón y han encendido la chimenea.
— ¿Tom, te gusta la casa?
—le pregunta José a su primo, mientras coloca las sillas.
—Sí, pero me parece un poco vieja. —le
responde Tom, arrugando la nariz.
—Tienes
razón, está demasiado tiempo sola. Algunas veces cuando venimos parece
como si nos rechazara, le crujen las puertas, las vigas y hay
goteras. En el sótano hay un ping-pong, una leñera fría y una bodega muy oscura, solamente
bajamos para coger algunas botellas. Es un lugar ideal para guardarlas.
—Le responde José.
Continúan hablando y oyen:
— ¡A cenar chavales,
la comida está lista!
—Les dice Marisa desde la entrada de la cocina.
— ¿Papi, has subido
el vino? —Lo dice con una sonrisa.
—No, ahora bajo. —le responde José
y a continuación dice: — ¡Víctor baja a por vino, del que le gusta a mama!
—Ahora no, estoy ocupado.
—le
responde Víctor. Un buen chaval, cumplirá ocho años en diciembre.
Travieso como él solo, se mete en todos los líos que puede y al final
sale con una sonrisa
como si no hubiera pasado nada, enseñando los huecos de los dientes que se le han caído y una cicatriz en la mejilla por escaparse por la ventana de su habitación y arañarse con un clavo.
— ¡Qué te he dicho! –le responde su padre, con un poco de cabreo.
—
¡Va! ya bajo. –responde Víctor condescendiente. Se pone en camino,
cruza el salón y abre la puerta que está al lado de la chimenea al fondo
del salón y comienza a bajar por la escalera.
No le
gusta demasiado bajar a por vino, hay que pasar por la leñera y da escalofríos; le da miedo el silencio. Las luces están al final, tiene que bajar
primero las escaleras, son trece peldaños. Los va contando en voz alta pues cada vez ve menos. El sonido
de risas de arriba se va apagando, se queda en un pequeño susurro. Por
fin llega hasta las llaves, las da, pero en lugar de encenderse las tres,
solo se enciende una. La que está encima de
él, las otras dos hasta llegar al botellero están apagadas. Tiene que
pasar por la oscura leñera. Con mucho
cuidado pasa corriendo y al fondo del todo están las botellas. Están todas sucias, y
busca las que le gustan a mama. Son unas botellas con etiqueta dorada,
las ve, pero están allí arriba. Busca con la mirada una escalera, ve una silla. La coge y se sube encima, se pone de de puntillas y muy rápidamente coge una botella. Cuando esta bajando de la silla oye un ruido a su espalda. Los pelos de la nuca se le ponen de punta.
— ¡Quien está escondido! –dice con voz queda. Está muy asustado.
Cuando vuelve a pasar por delante de la leñera le sale una rata entre los
leños, dándole un buen susto que se le cae la botella de la mano, rompiéndose. Duda en volver a por otra o subir, cuando mira hacia donde ha salido la rata, ve dos
puntos brillando al fondo, como si fueran unos ojos.
Se acojona, no sabe qué hacer, pero armándose de valor se acerca al
oscuro agujero. Mueve la cabeza y ve que hay algo y echándole
valor se remanga y mete la mano.
— ¡Ay! –la saca y ve que se ha cortado en el dedo gordo, le sale sangre. Se lo
chupa y vuelve a meter el brazo, lo ha metido hasta el codo y aún no ha
llegado al final. Cuando llega al final se queda paralizado, y saca la mano con
fuerza; saliendo corriendo escaleras arriba.
Tiene todo el brazo bañado en sangre y algo en la mano.
— ¡Mama! ¡Mama! –corre Víctor gritando.
—Qué
quieres, que pasa, ¿Has subido la botella? –le pregunta Marisa. En ese
momento se queda de piedra al ver la manita de Víctor llena de sangre.
— ¡La he encontrado! la pulsera que has perdido el año pasado. Estaba en la leñera. –exclama Víctor más ancho que largo
y con una sonrisa de oreja a oreja enseñando su rota dentadura.Un abrazo adictos
leidos 6868
buen ritmo, con descripciones muy buenas. Me gustó
ResponderEliminarte dejo mi abrazo
Muchas gracias por leerme, me agrada que te gusten las descripciones pues la casita existe con sotano y todo.
EliminarUn abrazo.
¡Joer, anda que metía yo ahí la mano!
ResponderEliminarHas preparado muy bien la trama, dándonos una buena dosis de suspense, pero me parece que te has precipitado con el final, inesperado, por cierto.
Un abrazo.
Es la primera vez que hago algo de terror y suspense, muchas grcias por leerme. Puede ser que sea precipitado pero me quedaba poco espacio para acabar. Gracias de todas formas.
EliminarUn abrazo.
Por un momento he querido decirle "ojo, que es el payaso Pennywise!!", pero no.
ResponderEliminarMe gustó el relato aunque hay cosas que revisar, como ausencias de tildes, y puntuación mal colocada, sobre todo al principio. Se ajusta bastante cuando pasas al diálogo, que está bien construido, aunque se cuela alguna mayúscula en "Le" después del guión. Por cierto, abusas un poquito de él. Ojo con el laísmo, no es correcto emplearlo.
Saludos!!
Muchas gracias por leerme y sobre todo por la critica que me ha gustado mucho. Si sabes de alguna pagina o sitio para leer sobre ello y puedes mandarmelo, te lo agradeceria. Al siguiente relato voy a intentar hacerlo mejor.
EliminarUn abrazo
En el mismo blog de Adictos a la Escritura encontrarás una serie de enlaces que pueden resultarte interesantes. La propia Laura SB cda tanto publica en su blog o comparte enlaces a otros sitios donde se plantean estos temas :-)
EliminarAbrazo!!
Un relato muy bueno, que miedo cuando ha metido la mano, yo no lo hago ni loca!!
ResponderEliminarUn placer leerte!!
Muchas gracias por leerme y por el comentario. Me alegro que te guste.
EliminarUn abrazo.
¿Con tan poca luz y encontró la pulsera de la madre? Un chico con muy buena vista y nada asustadizo.
ResponderEliminarBromas aparte, es un relato ágil y bien tramado, con la dosis justa de suspense para mantener al lector atento hasta el final. Me gustó.
Un saludo
Gracias por leerme y por el comentario, lo que comentas de la luz es cierto y me di cuenta despues de terminarlo, pero da un poco de morbo. Gracias por todo lo que me pones.
EliminarUn abrazo.
Hola,
ResponderEliminarFeliz dia.
Gracias por leerme y comentarme. Te mando un abrazo.
EliminarDescribes perfectamente y en pocas palabras el vivir de un castellano rural :"En medio de las tierras castellanas, hay un pueblecito pequeño. Vapuleado por los vientos y las lluvias de otoño y las nieves de invierno". El final un puntazo, aunque me he perdido un poco en el desarrollo. Buen suspense. Encantada de volver a leerte :)
ResponderEliminarGracias por leerme y hacer el comentario. Este pueblo existe y he estado de pequeño en él. Tambien tiene el sotano con leñera y todo. Y yo pasaba corriendo por delante de la leñera pero no habia ratas.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
El giro final me gustó mucho, ambientaste todo el relato en una cortina de suspenso y me sacaste una sonrisa con la última parte.
ResponderEliminarConcuerdo con Maga, hay algunas tildes que se te pasaron y creo que aquí deberían ir signos de interrogación y una tilde en el segundo "que"
"—¿Qué quieres?, ¿qué pasa?"
Un agrado leerte de nuevo.
Cariños!
Catapzia
Como siempre te doy las gracias por los comentarios que me das, son muy buenos y ademas aprendo. Estoy de acuerdo con las tildes, pero algunas se me pasan aunque lo repaso todo varias veces. Tengo que hacerlo varias más. De todas formas muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Hola!
ResponderEliminarMuy interesante relato, y un final inesperado. Coincido con los compañeros en cuanto a las sugerencias que ya te han hecho. Ojo con las puntuaciones en los diálogos, el signo de puntuación que utilices no va antes del guión sino luego del siguiente guión que indica que el diálogo continúa.
Saludos!
Muchas gracias por leerme, por la critica y por el comentario, poco a poco estoy aprendiendo. Muchas gracias voy a intentar mejorar. Un abrazo.
EliminarEl relato es dinámico, se lee muy rápido y es fácil hacerse parte del ambiente. Coincido con Daniel; tal vez si desarrollas alguna idea que le dé una justificación o una mirada interna al asunto entre Víctor y la bodega o la rata, te quedaría un relato redondito :)
ResponderEliminarSaludos, ha sido un placer leer.
Muchas gracias por leerme, lo de la idea que me dais la estoy pensando para el proximo relato. Espero que me salga más redondo. Un abrazo.
EliminarVálgame que niño tan valiente, yo hubiera ido por una escoba y tratado de sacar lo que hubier ahí con un palo :P
ResponderEliminarBuena hisoria con buena dósis de suspenso.
Muchas gracias por animarte a participar este mes :D
Saludos.
Muchas gracias por leerme y me alegro que te guste. En el sotano no habia escobas. Te mando un abrazo.
EliminarJl: Muy bien, pero muy bien. Buena narrativa y buena temática.Tan es así, que me dieron ganas de conocer la casa... bueno, menos el sótano, que a mi la ratas me dan mucho miedo, jajajaja.
ResponderEliminarCariñosamente : Doña Ku
Muchas gracias por el comentario. Me ha encantado saber que te ha gustado, me gustan tus comentarios. Cuando quieras puedes conocer la casa, esta cerca de Toledo (España). Te mando un abrazo.
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