Carmesí
— ¡Carmesí! ¡Carmesí! solamente a las adictas se le ocurriría, pues
prefiero el negro y nadie me hace caso. Para que vean que estoy muy cabreado, me voy a
vestir con los dos colores: carmesí y negro—.
Así recitaba el buen hombre, dando vueltas por la habitación como un gato
encerrado. Necesitaba serenarse, decide pegarse una ducha de agua fría.
Comienza a vestirse lentamente, primero se pone los panti y a continuación
las medias, los pantalones carmesí, la chaqueta
negra, la camisa... por dar el punto erótico me la pondré blanca, zapatos me pondré
unos granates, ¡No! unos negros y de lo más bajos posible para chincharles, mi
hija tiene unas bailarinas, me pondré esas que además son negras. No creo que
haga mucho el ridículo, y me pondré este trapo carmesí alrededor de los
hombros, así disimulo un poco.
Estuvo haciendo estiramientos, después en su pequeño altar
de la habitación se queda a solas con sus sentimientos, pide protección a Dios y
todos sus Santos.
— ¡Maestro, ya ha llegado la hora, cuando quieras podemos marchar a
la plaza! —le dijo el banderillas "El Tito".
— Ya voy, estoy cogiendo la montera, —exclamo el maestro, mirándose al
espejo-.
Les está hablando jldurán, desde radio "Cabañas de Yepes",
retransmitiendo la primera corrida de la Feria. La plaza está llena, hoy es la
alternativa de "Joseillo" el niño de Cabañas, están todos preparados
para hacer el paseíllo. Suenan los clarines y los timbales.
—El presidente agita el pañuelo blanco para señalar el
comienzo de corrida. Comienza el paseíllo—.
—¡Sale Joseillo! vestido de carmesí y negro. —dice el reportero—.
Un abrazo a todos mis lectores.
Jldurán
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