El relato tiene que ser de género: ROMÁNTICO
La declaración.
Me
deja embobado, no sé a dónde mirar, al ojo derecho o al izquierdo, los dos son
preciosos pero diferentes. A la luz del atardecer está preciosa, incluso
comiendo las pastas. Se le marcan unos hoyuelos en las mejillas que están
diciendo cómeme. Y esa sonrisa tonta que me pone, entre bocado y bocado para
decirme que me quiere; no aguanto más. Se lo tengo que decir aunque me odie
para el resto de la vida, me cuesta mucho y no sé cómo empezar.
Así
estaba pensando José, mientras María comía las pastas que le había traído de
París. Este último fin de semana había estado en la ciudad del Sena, por motivos de trabajo y en una tarde libre se había acercado a la Madelaine, una pastelería a
comprar "Macarons" para ella.
Quería
pedirla que fuera a vivir con él a su apartamento. Estaba en Goya, en la calle Narvaez, cerca del Retiro para poder pasear los domingos. Pero
tenía que buscar fuerzas para decírselo.
—María
he estado pensando, —dice José mientras la coge de la mano.
—Dime,
—le mira con dulzura, con esa mirada que solo saben adoptar las enamoradas.
—Pues,
que he estado dándole vueltas, que nos vemos poco...
—¿Quieres
que nos veamos más?, si todas las tardes quedamos.
—Ya,
pero quiero decir que me gustaría verte también por la mañana, por la tarde y
por la noche. —Lo dijo muy deprisa y casi se atraganta.
—¿Y
para qué? —María ya intuía lo que quería decirle, pero estaba esperando a que
se lo pidiera.
Llevaban
catorce meses y tres días saliendo; casi una vida. Se complementaban bien,
incluso en la cama se entendían a la perfección, lo que uno pedía el otro se lo
daba, era alucinante.
—Necesito
tenerte a mi lado. —Se estaba poniendo nervioso, no le salían las palabras. Era
hombre de caricias, arrumacos y carantoñas. Ahora le estaba apeteciendo
acariciar su espalda, pasar la mano de arriba abajo hasta su culito tan duro,
cogérselo y apretarlo.
—¡Para
qué! Lo dijo con un poco de alegría y buscando su mirada perdida en sus
ojos.
—Te
quiero, —se lo dijo muy rápido, como temiendo que le quitaran las palabras de
la boca. —José se puso colorado.
—Y
yo tonto, ¿No te habías dado cuenta? —respondió María.
—¿Te
quieres venir a vivir conmigo? —Soltó José algo más tranquilo, se acercó
lentamente a su boca y la beso lenta y profundamente, durante unos
minutos.
—Me
muero de asfixia, déjame respirar —dijo María, que se puso a respirar
profundamente.
—Me muero por tus huesos, ¡Solo lo haré cuando tú lo hagas!
—Loco,
nos podemos morir los dos; pero acuérdate que resisto más tiempo que tú.
—Bueno,
¿Vienes o no?
—Tendré
que hacer una pequeña mudanza, ¿tienes sabanas, toallas, etc...?
—Primero
dime si vienes y luego lo compraremos.
—Vale
—¿Vale?
—repitió, como si no hubiera oído la respuesta.
—Si
tontorrón, pero no sé si funcionara, necesito todos mis aparatos.
—No
hay problema, todo resuelto. Lo he estado pensado desde que
tuviste el accidente, y lo tengo todo arreglado. Las puertas son más anchas y el
cuarto de baño está preparado para ti.
Se acercó
más y mirándola tiernamente se fundieron en un beso apasionado y largo, que dura
hasta nuestros días.
Visto por 7401 al 19-01-2014
Jl: Pues me parece que escogiste un tema muy sobado, sin embargo no está del todo mal.
ResponderEliminarRecibe mi afecto: Doña Ku
Muchas gracias por el comentario pero no se me ocurria otra cosa. Un abrazo.
EliminarBuenas noches, un gusto conocerte :)
ResponderEliminarEl amor siempre nos pone un poco tontos, pero no hay como confesarlo para hacernos sentir los más felices de la galaxia.
Buen texto.
Un beso,
Ellora
Gracias por el comentario, el tema romántico no se me da muy bien. Un abrazo.
EliminarHola, JL!!
ResponderEliminarTu relato cumple con la consigna pero me parece que requiere mucho trabajo de corrección. Te doy algunas sugerencias:
- el primer párrafo, por lo que dices, es algo que está pensando el protagonista. Debe diferenciárselo del resto del relato. Para ello conviene que uses comillas (bajas) o que escribas el texto en cursiva.
- "están diciendo cómeme", ese "cómeme" también debe diferenciarse. Si usas cursiva en el resto del párrafo esa palabra puedes dejarla sin cursiva; si usas comillas, esa palabra puede ir en cursiva.
- cuida los tiempos verbales, pasas de uno a otro en todo momento
- cuidado con el laísmo y el leísmo: aquí utilizas ambos y son incorrectos
- revisa la puntuación al completo
- el final da a entender que ella quedó paralítica pero es algo que no se menciona nunca claramente y que no queda claro. Es un poco innecesario y hasta molesto que el personaje aluda a cosas como esas "de repente", sin que causen impacto en la narración, pues está expresado de un modo en que ni conmueve ni espanta (espantar de "oh, pobre chica").
Saludos!!
Muchas gracias por el comentario y por las ayudas y correcciones. Después de terminar el relato, estos últimos meses estoy intentando poner bien los laísmos, los acentos y demás cosas pues sé que me lo vas a decir. Te voy a pedir un favor, lo que más me cuesta es el laísmo, dime un ejemplo en mi relato pues por más que lo leo no veo nada mal. Así lo volveré a intentar el próximo mes. Muchas gracias de nuevo y te mando un fuerte abrazo. En los demás puntos también tienes razón.
EliminarJL!
ResponderEliminarMe gustó tu relato... es romántico, pero no meloso y eso me da mucho alivio al leerte, (yo le escapo a los textos "rosa").
Sobre los puntos a mejorar, ya Maga lo expresó y concuerdo con ella.
Sin embargo, debo admitir que tu pluma se ha afilado y mucho desde la última vez. Felicidades!
A seguir creciendo :D
Muchisimas gracias por tu ayuda y comentarios. Me alegro que te guste el relato. Un abrazo.
EliminarHola, Jl!
ResponderEliminarAntes que nada, gracias por tus palabras en mi blog.
Con respecto al texto, concuerdo con todo lo que te remarca Maga. Seguro cuando le des una pulida queda genial.
Saludos!!
De nada, pues tengo que aprender mucho de tí. Veo que te dedicas a todo, y lo haces muy bien. No cambies. Muchas gracias por el comentario. Te mando un abrazo.
Eliminar