Proyecto de Octubre: Los dos mundos
Qué silencio...., se puso a escuchar... no se oía casi nada, a lo lejos,
ruido de coches. Mucha humedad, ¿Estaría lloviendo?
Tumbada se sentía a gusto, comenzó a pensar, que le hubiera gustado ponerse
para ir a su encuentro, pero no era posible, solo tenía el vestido que la
habían puesto. La hubiera apetecido ir lo más guapa posible, pero tenía que ir
como estaba.
Faltaban veinte minutos para que comenzara la fiesta y aun se encontraba
tumbada. Se levantó lo más rápido que pudo y comenzó a peinarse, recordaba, que
cuando se peinaba, su marido la abrazaba por la espalda, inundándola de
besos en el cuello, como le gustaba, tanto, que aún la daban
escalofríos…
Llevaba tumbada desde que llegó, no sabría decir cuánto tiempo, demasiado.
Deseaba volver a ver a su marido y a sus dos pequeños, era una idea que
la machacaba constantemente, y se lo había prometido a su marido, ¡Cariño, si
puedo vuelvo! aunque tenga que estar intentándolo toda una eternidad.
Nada más pensarlo, la temblaban las rodillas. ¿Habrían cambiado mucho?, y
sobre todo, ¿Habrá alguien en mi puesto?, no sabía cómo iba a reaccionar,
aunque a ella ya no le importara mucho, le hervía la sangre solo de pensarlo.
Desde que comenzó el viaje, quería una última oportunidad, y solamente saber
que se lo podían conceder la reconfortaba hasta tal punto que se sentía llena
de energía…
¿Has puesto todo abajo Marta?, instigaba nervioso Paco - si
papa, le respondía.
Todos estaban muy nerviosos, hacía cinco años que ella se había
marchado, un cáncer de mama decidió llevársela cuando aún rebosaba
juventud y ella les prometió que haría todo lo posible por volver. Los últimos
años, se ha venido repitiendo la escena por estas fechas. Paco, leyó en
una revista, que el alma de los seres queridos renace en el “Día de todos los
Santos”, buscó información, hicieron un pequeño altar en el sótano de casa,
pusieron dos velas negras y un cristal apoyado en la pared, se les ocurrió
poner una hoja de la ventana del salón, y la engalanaron con flores frescas que
aportaban un aroma exquisito...
Faltaba poco para la gran hora, las doce de la noche, los pequeños estaban
muy nerviosos, María de siete años, tenía mucho miedo y sus ojos estaban
abiertos, expectantes... Paco, también lo tenía, por todos los medios
necesitaba verla por última vez, siempre la echaría de menos, la presentía en
el ambiente, era un torbellino que estaba por todos los lados; cuando se fue,
la casa se le vino encima.
-¡Niñas!, María, Carla, donde estáis?, poneros los vestidos que
a ella le gustaban! vamos rápido!!!!
- ¡Ya los tenemos puestos papa!
Todo estaba preparado...
La hora se acercaba, apagaron las luces dejando solo las velas, daba miedo,
era sobrecogedor, reflejándose borrosa la imagen de los tres en el cristal.
Eran las doce de la noche, había un silencio sepulcral, y tal y como lo
habían planeado, comenzaron a decir todos al mismo tiempo:
-¡Mama! ¡Mami! ¿Nos oyes? cada vez más fuerte, así una y otra vez...
Hubo un fuerte portazo, las velas se apagaron, y quedó un silencio
aterrador, los tres estaban pálidos.
Ligeramente comenzó a brillar poco a poco el cristal, al principio, solo se
veía una neblina que iba cobrando forma. No respiraban, estaban absortos
mirándolo. La nebulosa comenzó a tomar forma, alguien cubierto con un vestido
blanco y un velo que se transparentaba débilmente; un rostro aparecía, se
fue notando que era ella, la sonrisa de sus labios transmitía una intensa luz
que emanaba destellos y energía.
-¡Mama! decía la más pequeña- ¡mama!
-¡Mami! ¡Mami! -gritaba Carla-
-¡Preciosa, te quiero! decía el Paco con los ojos inundados de lágrimas....
De repente la pequeña dijo:
¡Mama! ¡Mama! ¿Me has traído algo?
jldurán, te he dejado antes un comentario pero parece que no se ha publicado ( si me repito, disculpa)
ResponderEliminarTe decía que me ha gustado el relato, esperanzador y con un final realista, muy propio de un niño ;)
Saludos
Muchas gracias por el comentario. gracias. Un abrazo Jose Luis
EliminarHola, jl. Tu relato tiene una anécdota interesante, planteada de modo original. Pero necesita mucho trabajo. La narración es bastante desprolija, no sólo cambias de tiempos verbales contínuamente sino que algunas frases están mal construidas, y la puntuación es incorrecta la mayor de las veces. Los diálogos llevan guiones largos, y en algunos no has puesto ninguno. Te muestro un ejemplo de uno de los errores:
ResponderEliminar"Tumbada se sentía a GUSTO, comenzó a pensar, que le HUBIERA GUSTADO PONERSE para IR a
su encuentro, pero no era POSIBLE, solo tenía el vestido que la habían PUESTO. La HUBIERA
apetecido IR lo más guapa POSIBLE, pero tenía que IR como estaba."
Las palabras que te marqué en mayúscula son las que repites, haciendo redundantes algunas expresiones. La puntuación es incorrecta después de "pensar". "La hubiera" no es correcto, sino "le hubiera", y dicho sea de paso puedes prescindir de tantos "haber".
También sería interesante una separación cuando pasas de ella a Paco.
Por otro lado, y aunque siempre se recomienda usar un título que no revele mucho de la historia, el que has elegido ni siquiera se justifica. Si al menos se llamara "La hija pequeña" podría entenderlo.
Saludos y bienvenido al grupo!
Maga, muchas gracias por el comentario y por la ayuda. Es el primer relato que público y me costaba sacar las palabras adecuadas (con sus verbos); espero mejorar en el siguiente. Intentare no repetirme, utilizar menos los “haber” y poner otro título más adecuado. Gracias, un abrazo. José Luis.
EliminarHola jl, me gusto el relato, es muy original, y me gusto la parte final , con esa inocencia infantil que tanta ternura aporta. Como bien dijo Maga, falta pulirlo, pero toda buena historia empieza con una buena idea, y eso ya lo tienes (y muy buena). Ánimo!
ResponderEliminarMuchas gracias Vic, me alegro que te gustara. Aun me queda mucho para poder pulirlo como me dices, pero algo es algo. Gracias. Un abrazo José Luis.
Eliminar¡Qué bonita historia planteas en tu relato! Si fuera así de sencillo recuperar a un ser querido, una idea soñadora y esperanzadora. El final me sacó una sonrisa, la inocencia de un niño totalmente manifiesta. Coincido con Maga en que hay que revisar muchas cosas, creo que ella ya te ha hecho notar los errores en la redacción, así que no veo la necesidad de repetirlos. De cualquier modo, en este grupo estamos para aprender y mejorar. Espero tus siguientes relatos en el grupo, desde ya te sigo. ¡Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias por ser mi primera seguidora, y por los ánimos que me das. Voy a intentar mejorar para la próxima y aunque lo hagan otros si ves algún error, dímelo para no volver a cometerlo. Gracias y un abrazo José Luis.
Eliminar¡Bienvenido!
ResponderEliminarJo, qué triste, sobre todo por los pequeñines.
Un abrazo.
Muchas gracias Daniel, el próximo será más divertido. Un abrazo José Luis.
Eliminar¡Hola Jl, bienvenido al grupo antes que nada! :)
ResponderEliminarTu historia me parecío tierna, me gustó que describieras la perspectiva de la difunta preparandose para visitar a su familia, eso me pareció original, pero debo admitir que me confundió bastante algunos tiempos y faltas de puntuación, en general las mismas que Maga te ha señalado.
De ahí en fuera creo que cumplió con la misión de unir los mundos de los vivos y los muertos.
Estamos aquí para mejorar y ayudarnos mutuamente :)
Muchas gracias por compartirnos tu relato, ¡saludos!
Muchas gracias Lunella, me anima mucho que la historia te gustara y con los errores intentaré mejorarlos. Gracias y un abrazo Jose Luis
EliminarBienvenido, Jl...Ya te aviso que este grupo "engancha" , jajaja.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, tiene el encanto de lo "inacabado"...cómo si le faltase la última pincelada pero cuenta con muy buena base. Saludos
Gracias por los ánimos, y por ser mi segunda seguidora. La acogida que he tenido no me lo esperaba. Gracias y un abrazo José Luis.
EliminarNota: Si que engancha, ya estoy esperando al siguiente.
Hola, me gustó tu relato aunque, como dijo Maga, faltan algunas cositas. Pero de los errores se aprende y es mas fácil cuando todos nos ayudamos. Besos.
ResponderEliminarJl: He visto que a algunos de los adictos les ha dado por desear la aparición de sus seres queridos ya fallecidos.
ResponderEliminarMe parece que decidir invocarlos es cosa de cada quién, pero pienso en el trauma que causaría en un niño una experiencia como esta.
Sigue adelante, escribir es un acto de amor: Doña Ku
¡A mi gusta la cotidiana ternura de familia que refleja tu relato! Faltan señales de puntuación, pero me ha gustado muchisimo ¡Gracias por compartirlo! ¡Un abrazo!
ResponderEliminarHola!! coincido con los compañeros en que la historia es muy bonita aunque le falte pulir cosinas. La pasión por escribir y tener una buena historia es la base para seguir adelante y ya verás como poquito a poco la forma mejora =D. Espero volver a leerte prontito ;). Un abrazo
ResponderEliminarGracias, por el comentario. Un abrazo. Jose Luis.
Eliminar